02/11/2016

Profesor Wei: Qué grandes son los grandes

Mi visita por Munich me ha hecho reflexionar sobre un par de cosas, que no tienen nada que ver con la cirugía, pero sí con las personas.

A lo largo de mi vida, he tenido contacto con personas de un prestigio en su campo que a los demás, nos permitía decir que tal o cual doctor, era el mejor del mundo. Tuve la oportunidad de visitar al Doctor Ortiz Monasterio en México y al Profesor Wei en Taiwan.

Bueno, pues tras volver a contactar con Wei, me vinieron a la mente varias cosas. La primera de ellas, es que la gente verdaderamente grande es la más humilde. Humilde de verdad, no por vergüenza o por quedar bien.

El profesor Wei por ejemplo, cuando estás con él, te trata como si fueras su mejor amigo. La cercanía de gente tan grande, que lo ha hecho todo en el mundo (una vez desayunando con el profesor Wei, ví su curiculum y tenía 400 páginas!!!) y en la vida, te hace ver rápidamente que estamos rodeados de pretenciosos, de egocentristas. Y eso se ve en LinkedIn. En esa red social todos son los mejores, con nombres impronunciables (en inglés, aunque trabajes en Cuenca).

Cuando hablas con personas que no han hecho nada, que no hemos hecho nada en comparación con los grandes y ves esa prepotencia, esa seguridad en nosotros mismos, esa chulería en muchos casos, te das cuenta de lo pequeños que somos.

Los grandes, lo son, porque no sólo son los mejores en lo suyo. Son los mejores en todos los ámbitos de la vida. El amor que profesan a su familia, les hace fuertes, les da la fuerza para salir y hacer lo mayor. Su cariño con los que no saben, esa cercanía al que está aprendiendo y esa capacidad infinita de explicar y contar todo aquello que saben y que tanto esfuerzo les ha costado adquirir. Te lo cuentan, con el placer que da, el poder ahorrar a los demás esa lucha, porque ellos, ya la han hecho por ti.

Vidas plenas en lo profesional, que lo son, por que lo son en lo personal. Grandes amigos de sus amigos y sencillos. Esa personalidad tan atractiva que te hace escucharles, querer estar cerca de ellos porque son una fuente de ejemplo.

Lo aprendí del Profesor Wei, del Profesor Ortiz Monasterio y de tantos otros con los que he tenido el gusto de compartir parte de mi vida profesional.

Pocos llegan a ser tan grandes, y yo nunca perteneceré a ese club, pero hay algo que sí he aprendido de ellos, intentar ser buena persona, ayudar en todo lo que pueda a los que están a mi alrededor y a poner a mi familia en el primer orden de mi vida.