Doctor Sapena, 54 6B
03013 – Alicante
965 261 191
Avenida del Mediterraneo 3, bajo
03503 – Benidorm
674 642 653 – English Spoken
HLA San Carlos
03700 – Dénia
610 473 592
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Todas las cirugías de mama , que impliquen el uso de implantes mamarios, generan una cápsula alrededor del implante. La cápsula es la “ cicatriz interna” que el cuerpo hace para “aislar” el implante. La cápsula se produce siempre, de manera inevitable. Es bueno que sea así. Y siempre es así.
Lo que observamos al operar a una paciente que ha llevado una prótesis de pecho durante meses o años es siempre lo mismo. El implante se encuentra dentro de una cobertura de características más o menos blanquecinas.
Hay cápsulas muy finas, otras menos. Las hay incluso muy gruesas que son completamente normales.
Luego están las cápsulas patológicas o aquellas cápsulas que hacen el pecho más duro. Esas, cuando el cirujano las incide, normalmente son mucho más gruesas que las normales e incluso pueden estar llena de un componente cálcico, que la hace mucho más fea, dura, como con “ grumos pegados a ella”. Es una cápsula que se ve claramente, que no es normal.
La contractura capsular es aquello que las pacientes describen como : “ Tengo este pecho más duro que el otro”. O también; “ tengo este pecho más alto que el otro y además está más duro”. O también. “ Me ha empezado a doler el pecho cuando me tumbo”.
La contractura capsular se entiende como el endurecimiento del pecho, que realmente , es el endurecimiento de la cápsula que rodea el implante.
Todas las prótesis se encapsulan. Pero no todas se contracturan. La realidad, es que, en el lenguaje de la calle, aunque no sería técnicamente correcto, se consideran exactamente lo mismo.
Cuando una paciente, me dice que le han dicho que tiene un pecho encapsulado, es que se le han dicho que se le ha contracturado.
Correcto. Como con tantas cosas en la vida, hay grados. Hay contracturas capsulares muy leves, y las hay muy graves. Para que los pacientes se hagan una idea. Lo vamos a dividir en tres tipos. La leve, la moderada y la grave.
La leve la suelen describir las pacientes así: “ Doctor, la mama izquierda ( por ejemplo), la estoy empezando a notar algo más dura que la derecha. No es mucho, pero me noto algo más durito éste lado que el otro. No me duele, ni me molesta. ¿ Es normal doctor?”.
La moderada la suelen describir las pacientes así: “ Doctor, me noto el pecho izquierdo ( por ejemplo) más duro que antes. Incluso diría que mientras el derecho está blandito y se mueve bien, el izquierdo está mucho más duro. Además me da la sensación, de que se me está subiendo.
Desde arriba veo que el pecho que está mas duro lo veo mucho más alto que el otro. Dolerme, no me duele, pero no me queda bien con el sujetador o con las blusas”.
Esto es una contractura capsular ya instaurada. El pecho afecto, no sólo está mucho más duro que el otro, sino que además, esa contractura está haciendo que el implante se desplace hacia arriba y haga que la paciente le moleste , ya no sólo por la dureza, sino porque además tiene implicaciones estéticas.
La grave, las pacientes la suelen describir así: “ Doctor, el pecho me lo noto mucho más duro de lo habitual. Está muy alto. Demasiado alto. Y además, lo que más me preocupa, es que ahora además, me duele. Me duele , no sólo cuando me tumbo boca abajo. Sino que además, me duele cuando me dan un abrazo. Me llega a doler incluso cuando estoy viendo la televisión”. Esto ya es una contractura capsular grave.
La gravedad, la diagnosticamos no sólo por las más que evidentes consecuencias estéticas, sino porque además, afecta a la vida normal de la paciente. Siente dolor. Un dolor además, que aunque mejora algo con un ibuprofeno o un nolotil, siempre está ahí. No se va nunca del todo.
La verdad es que no. La contractura capsular es algo que por ahora está siempre ahí. Lo que hemos conseguido los cirujanos es reducirla mediante los medios que tenemos a nuestro alcance.
Por ejemplo. Sabemos que si ponemos un implante a través de la areola, hay más contractura capsular. Sabemos que si ponemos el implante por encima del músculo también. Hay más , también, si el cirujano usa guantes con talco.
También si el cirujano manipula el implante con guantes no recién puestos. Las prótesis lisas también aumentan la contractura. El no lavado con betadine y/o antibiótico del hueco que hemos hecho para el implante , pues también. El hacer deporte muy pronto tras la cirugía también ayuda a tenerla.
Pero aún haciéndolo todo bien y perfecto , la contractura capsular estará ahí al “ acecho”.
Clásicamente la contractura capsular se ha tratado, en primer lugar ,con lo que se denominaba capsulectomia cerrada. Lo que hacíamos, era romper la capsula aplicando fuerza. El cirujano cogía la mama y la apretaba hasta que oía y sentía en sus manos un “crack”. Hoy por hoy está completamente contraindicado. En primer lugar porque tiene un efecto de mejoría inmediata y clara, pero al poquísimo tiempo volvíamos a la misma situación. La capsula volvía a “ curar” y seguía el pecho contracturado. Y en segundo lugar porque se ha relacionado con más rotura del implante.
Se han utilizado fármacos para el tratamiento del asma. Parece raro que con fármacos para el asma se pudiera mejorar la contractura. Y aunque hay cirujanos que dicen que mejora, no hay una clara evidencia de que eso sea así. Además, aunque ya hay alguna generación de fármacos que lo reducía, la realidad es que podían ser dañinos al hígado. Yo en una clínica en la que trabajé cuando acabé la residencia, lo usaban. Y sinceramente no vi ninguna mejoría.
Si la contractura capsular es leve o moderada, lo más normal es dejar a la paciente que evolucione. Es decir, no tocarla. Se le explica a la paciente la situación. Cuál es la evolución. Qué opciones tiene.
Por un lado, si la contractura se estabiliza, no va a más, podríamos no necesitar operar. Si la contractura evoluciona a la grave, la cirugía con cambio de implantes y capsulectomía completa, es el tratamiento más habitual.
En general y con los años, las contracturas capsulares no mejoran por sí solas y la tendencia natural es ir a peor.
Pues sí. Y eso es precisamente lo que ofrecemos. Muchas de esas pacientes, no todas, se pueden beneficiar del tratamiento de la contractura capsular mediante ultrasonidos.
Mediante el uso de Capsuloblast podemos mejorar al menos un grado en muchas de esas pacientes.
Podemos hacer que la cirugía no sea necesaria a corto, medio y largo plazo. Además, el tratamiento se puede repetir las veces que sea necesario.
Capsuloblast se ha visto eficaz para todas las pacientes que tienen implantes mamarios como tratamiento profiláctico. No tienen una contractura capsular, pero quieren hacer lo mejor para poderlo evitar. Los drenajes linfáticos claramente no sirven. Son una pérdida de dinero y de tiempo e incluso pueden favorecer la contractura capsular con determinado tipo de implantes debido a su “texturización”.
Está indicado también para aquellos pacientes con contracturas capsulares de tipo leve o moderado, porque podemos ser capaces de mejorarlo un grado, de tal forma que podemos ser capaces de evitar la cirugía en muchos de ellos.
En los pacientes de grado más alto, aunque hay estudios que dicen que también lo pueden mejorar, hay que ser más justos y realistas. Lo puede mejorar, pero no lo va a curar. Hay pacientes que responden bien y dicen que tienen menos dolor.
Podemos en los casos más graves intentar retrasar la cirugía y mejorar las molestias al menos, de manera temporal.
Recomendamos a todas las pacientes portadoras de implantes mamarios tras la cirugía la realización de las siguientes sesiones:
1ª sesión. A las dos semanas de la cirugía
2ª sesión. A las tres semanas de la cirugía
3ª sesión. Al mes de la cirugía.
4ª sesión. A los tres meses de la cirugía
En éstas sesiones podemos hacer la revisión de la cirugía aunque haya sido realizada por otro compañero si así fuera necesario
El protocolo que hemos establecido son tres sesiones semanales durante un mes.
Después de ese primer mes, serían necesarias dos sesiones a la semana durante otro mes.
Total: 20 sesiones. (el número de sesiones puede ser menor o mayor dependiendo del grado de la contractura capsular).
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