Muchos años, han tenido que pasar, hasta que una paciente se decide a realizarse una cirugía de reducción de mamas, pero si algo tienen en común a todas las pacientes, es que todas, todas, dicen siempre lo mismo: “ me lo tenía que haber hecho antes”.

Cuando una paciente tiene unas mamas muy grandes, su calidad de vida se resiente. Muchas de las pacientes dicen que les duele el cuello, que no encuentran talla de bañador, de sujetador. Otras comentan que en verano, le salen rojeces en el pliegue del pecho. Las que sonmás jóvenes dicen que solo, encuentran bañadores o bikinis de “ viejas”. Cuando hacen deporte, las mamas tan grandes les molestan. Éstas pacientes están cansadas de tener el pecho tan grande.

No es necesario, hoy por hoy, sufrir con las mamas grandes. Es una cirugía que se puede considerar de rutina. Consiste en quitar, concretamente, el volumen que sobra de las mamas, quitando el exceso de piel caída, y reduciendo la areola, que debido al tamaño suele ser más grande de lo habitual. Y obtener de ésta manera, una talla de sujetador acorde a los deseos de la paciente, así como a las características físicas de la misma. Además, en toda reducción mamaria se hace una elevación mamaria a la vez que reducimos el volumen y el peso de las mamas. El resultado no sólo son mamas más pequeñas, sino un aspecto más delgado, una figura más armónica y bonita y una mayor calidad de vida.

Bajo anestesia general y en tres horas aproximadamente, podemos conseguir todo aquello que estás buscando. Mamas más pequeñas, y más elevadas. En su sitio.

Lo primero que hacemos es calcular el volumen a quitar, y después la cantidad de piel que sobra. Una vez reconstruida la mama y anclada al músculo para que no caiga, podemos utilizar el láser Urgotouch para que la cicatriz sea lo menos visible posible.