Operarse en el extranjero y tener un problema, es de por sí un problema mayor que si la cirugía te la has hecho en España y lo tienes.

Estos días, he visto a dos pacientes muy particulares, porque me ha sorprendido mucho. Las dos tenían una cosa en común. Habían ido a un país latinoamericano a operarse y las dos habían vuelto con cirugías que no querían. Yo no me lo podía creer. ¿Cómo es posible?

Pues sí. Una de ellas fue a hacerse una cirugía y salió con 3 cirugías más. Y otra se fue a hacer una cirugía de reducción y la hicieron una de aumento. Yo, seguía sin creerme lo que oía. Porque eso aquí es de juzgado de guardia.

Además, en las dos pacientes la cosa no fue bien. Y ahora vete tú a exigir a un cirujano que está a 10.000 kilómetros con 6 horas de diferencia horaria. No vuelves. Y lo que al principio has hecho para ahorrarte cuatro duros (que no es más aunque uno crea que sí), se convierte en una pesadilla, en un disgusto, en una frustración y en un gasto que, en el mejor de los casos sólo se duplica.

Mi consejo. No vayas a otro país. Contamos con médicos muy experimentados y con centros hospitalarios que ya quisieran países tan “avanzados”como el Reino Unido o Italia. No escatimes en tu salud. Cómprate la tele en un web si la ves más barata que en El Corte Inglés, pero una cirugía, no escatimes, que te juegas lo único importante que tienes, que es tu salud. El dinero va y viene y al final se recupera. Lo otro no.