Cada día más y más mujeres cuando llegan a cierta edad tienen que tomar una decisión. Y el planteamiento más común, es el siguiente: Me tengo que cambiar los implantes, si o sí, porque están rotos o porque ya llevan tantos años que alguno puede fallar en breve. Bien, si me ponen otros nuevos, visto lo visto, con 80, 85 años, tendré que hacer otra vez esta cirugía. Pues yo no quiero operarme a esa edad del pecho. Quiero que me quiten los implantes.

Bien, es una opción muy sensata, y muy pero que muy respetable. La paciente ha hecho un razonamiento muy lógico, ya que, no sabe en qué condiciones físicas se va a encontrar en ese futuro y no quiere tener problemas por ese lado.

Hoy os presento un caso más de éstos. Una paciente que ambos implantes estaban rotos. Le quito los implantes, pero esas mamas, se quedan vacías. Y hay que quitar esa piel que le sobra y hacerle una elevación en T invertida.

Cada vez somos más mayores, y cada vez, nos van a demandar más y más esta cirugía.