Hace 15-20 años, el deporte en las mujeres, era algo mucho menos frecuente que lo es ahora mismo. El culto al cuerpo, la necesidad de estar bien físicamente, pasa por estar ejercitada. Y se han puesto de moda deportes, dentro de las mujeres, que implican grandes esfuerzos, en cuanto a movilización de peso, como el Crossfit, incluso la halterofilia.

La técnica que más realizamos en nuestra consulta en cuento a la cirugía mamaria, sea la que sea, suele implicar el uso del músculo pectoral como cobertura del implante. Creo que tiene bastantes más ventajas que inconvenientes, aunque es cierto que en determinadas pacientes puede que no esté muy indicado, como es en pacientes deportistas de alto o muy alto rendimiento.

Pacientes que compiten, pacientes que entrenan 5 o 6 veces por semana, en deportes de muy alta intensidad, la integridad del músculo pectoral, es algo que puede ser bueno preservar. Es cierto que hay que explicar bien las implicaciones de un implante puesto por encima del músculo, pero creo que puede ser más beneficioso que perjudicial en estas pacientes.

Este es un caso de una paciente en el que le hemos puesto implantes por debajo de la fascia del pectoral mayor (un tejido que cubre el músculo por encima). Recuperación muy temprana, nada o casi nada de dolor, y no alteración alguna en el rendimiento deportivo de la paciente.