El aumento de mamas es una cirugía que puede doler mucho o incluso no doler. Me explico bien porque es importante.
Como sabeéis muchos de vosotros, el aumento de mamas se puede hacer a grandes rasgos poniendo un implante, por encima del músculo o por debajo del mismo. En general y salvo excepciones, el aumento de pecho lo hacemos debajo el músculo. Nos gusta hacerlo debajo del músculo, porque el resultado es más natural, reduce ciertos tipo arrugas por rippling del implante, reduce la contractura capsular, el tacto es más natural, atrofia menos la mama etc … Tiene muchas y buenas ventajas.
Pero claro, tocar el músculo duele. Y duele porque hay que seccionarlo. Hay que cortarlo para poder el implante debajo de él. Para hacer hueco. Para dejar un surco bonito. Para hacer el canalillo que tanto gusta. Y seccionar un músculo hace que duela. Además el implante provoca por su volumen , cierta tensión en la piel y en el músculo, se estiran los tejidos y eso duele.
Por lo tanto partimos de una cirugía que sí duele. Luego hay otro asunto que a veces se nos olvida. La sensibilidad de cada persona o la capacidad de “aguantar” el dolor de cada persona. Y esto es muy difícil de controlar. Hay personas que soportan las adversidades de una manera admirable y hay personas que un simple catarro les dificulta mucho el poder ir a trabajar. La capacidad de afrontar las adversidades, la capacidad de adaptación, la voluntad y el control es totalmente diferente de una persona a otra y esto es algo que condiciona mucho cualquier cosa en la vida.
Lo que se puede exigir, porque se puede y se debe, es que un aumento de pecho no duela. Es más, el aumento de pecho no duele. Y no duele porque hay técnicas anestésicas intraoperatorias, y analgésicos intravenosos y orales suficientes en cantidad y calidad que hacen que la cirugía de pecho no duela.
Lo que no podemos evitar ningún cirujano, ni ningún nolotil, es que la paciente esté incómoda por el vendaje. Que haya dormido incómoda, porque no pueda dormir boca abajo, que esté nerviosa porque no pueda fumar. Que le dé miedo ponerse el cinturón de seguridad del coche. Que note presión por el vendaje. Que el sujetador le apriete al principio. Esas cosas se pasan rápido, pero se puede afirmar, que hoy por hoy, no debería existir el aumento de pecho que duela. Porque podemos hacer que no duela.

