Una mamoplastia de aumento y un recambio de implantes se parecen mucho y no se parecen en nada. Casi nada. Me voy a explicar.
Una mamoplastia de aumento o aumento de pecho consiste en, a través de una incisión, diseñar y realizar un bolsillo o hueco para colocar un implante, en una paciente que tiene poco volumen mamario.
Un cambio de implantes es quitar el implante que ya estaba en esa paciente y poner otro nuevo. Jugamos con los implantes, se hace en quirófano, operamos mamas, pero son cosas tan distintas.
En el primer caso, la paciente era joven y tenía poco volumen. Escogió un implante y obtuvo un resultado más o menos satisfactorio.
Han pasado diez, quince, veinte años y acude a consulta porque sabe que hay que cambiarlos o porque ha tenido alguna complicación con ellos. Se han roto, se han contracturado, se han caído.
La paciente que acude a cambiarse los implantes, es mayor, sus implantes han atrofiado su glándula (más si se han puesto en plano subglandular).
El cambio de implantes es más difícil en general. Tenemos que jugar con un tipo de pecho más envejecido por el paso del tiempo, con unos implantes que han envejecido ellos también y con unos deseos estéticos de la paciente que nos harán mucho más difícil el trabajo.
Hace unos años sufrimos la crisis de los implantes PIP. Las consultas se llenaron de pacientes que querían cambiarse estos implantes. La gran mayoría de las pacientes llevaban muy poco tiempo con ellos puestos, cuatro, cinco o seis años. El boom económico del 2005, 2006 y 2007 hizo que muchísimas mujeres se operasen.
La ambición de algunos cirujanos por ganar más con los implantes y otros, por la competencia tan atroz que se instauró, hizo que eligieran esos implantes, que todos sabíamos que no eran muy buenos, pero que apaciguaban la conciencia pensando que el sello CE daba la calidad mínima necesaria.
Ahí aprendimos mucho de los implantes y de sus cambios. El número de pacientes con prótesis rotas, siliconomas, contracturas, preocupaciones se disparó en la consulta. La mayoría eran cambios sencillos, abrir, quitar, limpiar, poner y cerrar. 30 minutos.
Pero otros eran durísimos. Prótesis rotas con contenido extracapsular, capsulectomías totales, cambios de plano a subpectoral, exéresis de siliconomas axilares, elevaciones en T invertida junto con todo lo anterior.
El cambio de implantes es un reto para un buen cirujano plástico. El objetivo a conseguir es mucho más difícil.
El tejido con el que trabajamos está ya operado. Es cicatricial. Es atrófico. Y lo peor de todo, es que es muy probable que esté mal operado, incluso operado por un médico no titulado que escogió mal el plano, el implante, la incisión , todo mal, y que ahora hay que arreglar.
Todas las cirugías son un reto, pero unas mucho más que otras.
