Cuando una paciente acude a consulta para hacerse un rejuvenecimiento facial, suele hacer un gesto con las manos que es muy típico que consiste en, delante de un espejo, y con dos dedos estirarse la cara y decir, “ así me gustaría”.

Es cierto que podemos tratar la cara de muchas maneras. Utilizar rellenos, poner grasa, levantar los tejidos que están debajo de la piel y también , tratar las arrugas de la frente, quitar las bolsas de los párpados, mejorar los párpados vacíos. Pero también es cierto, que cuantas mas cosas hagamos, más modificamos la cara de las pacientes. Y para mi gusto personal, cambiar mucho la cara de las pacientes no me parece bonito.

Lo que a mí me gusta hacer es, mediante técnicas que reduzcan los riesgos ( sí, la cirugía estética tiene riesgos que nunca hay que olvidar) conseguir un resultado natural. Hay que reducir las horas del quirófano al mínimo ( y sí un lifting puede llevar muchas pero que muchas horas) y conseguir las expectativas de la paciente sin que no tenga un aspecto raro, exagerado, antinatural que muchas veces se ven.

En ésta paciente le planteamos un lifting de la cara. No le hicimos el cuello. La paciente estaba relativamente bien del cuello y con ciertos “ truquitos” le podemos mejorar también el cuello sin que haya que tocarlo. Y además, le hicimos los párpados de arriba y de abajo.

Como podeís ver la paciente está reciente tras la cirugía, pero es bueno decir también cómo son las recuperaciones. En general tras dos o tres semanas las pacientes con técnicas sencillas consiguen resultados buenos, reduciendo los posibles riesgos, y con resultados naturales.