Hoy os voy a explicar, cuál es mi opinión sobre el aumento de pecho y los drenajes linfáticos y porqué otros no lo tienen tan claro.
Desde hace 12 años que comenzamos en ésta apasionante andadura, he procurado, cada vez que veía o trataba a una paciente ofrecerle el mejor tratamiento que la ciencia ofrecía. El mejor tratamiento, que mis manos, mi experiencia y mi conocimiento podía ofrecer. Esa información que yo doy a mis pacientes se basa en el principio de que conociendo todas las opciones, es la única manera de elegir con libertad.
Cuando comencé a trabajar tras mi andadura en el Hospital General de Alicante, me encontré con el hecho de que estaba muy extendido en la provincia, el hecho de los drenajes linfáticos tras la cirugía de aumento de pecho.
¿Pero qué son los drenajes linfáticos?
Mediante maniobras manuales muy suaves se realiza la activación del sistema linfático superficial para la eliminación de líquido intersticial. Se desplaza la linfa que, por cualquier causa patológica se encuentra estancada. Además su efecto solo es duradero si realizamos más sesiones de tratamiento.
Cuando pregunté para qué se realizaba el drenaje linfático, la mayoría de las pacientes con las que pude hablar me dijeron, que les habían dicho que el drenaje linfático ayudaba a que las prótesis no se contracturasen. Que al mover los implantes, éstos no se pegaban y entonces no se contracturaban.
Otras pacientes me dijeron, que era para que las prótesis fueran a su sitio más rápidamente y quedasen más bonitas. Otras me dijeron que era para quitar la inflamación. Otras no sabían porqué, pero lo habían hecho porque el médico le había dicho que lo hiciera.
Todas éstas razones no las llegaba a entender. ¿Cuál podía ser la causa que un masaje superficial, en una paciente recién operada y dolorida (por tanto una manipulación tremendamente escasa y suave) podía hacer algunas de las cosas anteriores?.
La contractura capsular está relacionada con una infección subclínica, plano subglandular, uso de prótesis lisas, hematomas no tratados, rotura de implante, uso de talco en los guantes, seroma, predisposición personal o genética, etc… Es más, se ha visto que el uso en el bolsillo de antibiótico reduce la contractura capsular. Pero el masaje superficial no me cuadraba. No me cuadraba tampoco el hecho de que al mover el implante se produjera menos contractura. Es más, siempre he pensado que si un implante rugoso lo mueves constantemente lo menos que puede pasar es que al moverlo produzca pequeños hematomas, que deriven en una contractura capsular. Además, que el implante se fije bien, es fundamental para evitar un volteo del mismo de anterior a posterior o de lateral a medial. Por tanto no.
En cuanto a que las prótesis vayan a su sitio, si el cirujano no las ha puesto bien, por mucho masaje superficial para quitar la linfa que hagas, eso no va a su sitio ni a tiros. Si la cirugía está mal planificada o realizada, mal se quedará.
La siguiente escusa, fue que la inflamación se reducía. No diré que no haya inflamación tras una cirugía de aumento de mamas. Porque en todas las cirugías inevitablemente se produce. Pero lo que más veo en un aumento de mama, es tensión cutánea debido a la presión que ejerce el implante en la piel y en los tejidos y hace que tenga ese aspecto tan carácterístico como a tensión. Las mamas parecen duras y tensas porque la piel no ha dado de sí todavía. La inflamación no me parece un componente importante.
Pero cuando pregunté lo que costaban los masajes lo ví claro. Es raro que el cirujano, o la clínica, no pida menos de 500 euros por los mismos. Por lo tanto, no es una cuestión científica. Es una cuestión puramente económica.
No negaré que las pacientes se pueden encontrar mejor tras el drenaje. El efecto Spa de relajación, de tiempo dedicado a uno mismo, el masaje, la atención, etc… son beneficiosas para las pacientes. Pero no creo que esté justificado el desembolso para ninguno de las causas expuestas anteriormente, ya que no se consigue nada de aquello para lo cual se recomiendan.

