La liposucción es la técnica quirúrgica gold standard a la hora de eliminar la grasa en el cuerpo.
Aunque hay muchos tipos de liposucciones al final, todas se basan en el uso de una cánula que introducimos en el cuerpo a través de una pequeña incisión, conectada a un aparato que succiona y que por la presión ejercida por éste y el movimiento de entrada y salida de la cánula, pues se saca la grasa.
Tipos de Grasa
Hay dos tipos de grasa en nuestro cuerpo. Por un lado, está la grasa que rodea las vísceras, el hígado, los riñones, los intestinos, que es grasa muy mala. Muy mala porque se ha visto que está relacionada con hepatitis, con tumores, con riegos cardiovascular.
Pues esa grasa mala no la podemos quitar con una liposucción. Es la típica grasa de la tripa de los hombres. Seguro que habéis visto en la playa o por la calle, hombres con una tripa enorme que parece que está dura, durísima y que va a explotar. Esa es la grasa mala y la que no podemos tratar.
Cuándo es adecuada una liposucción
Podemos tratar la grasa de las cartucheras, la de los flancos, los muslos, es decir toda aquella grasa que está por debajo de la piel. Los michelines vamos. Esa sí la podemos quitar.
Una vez dicho ésto, se debe decir que la liposucción es la cirugía que nos permite tratar la grasa localizada y resistente al ejercicio. Es decir, el mejor paciente para una liposucción es el paciente que tiene un peso normal, estable y que, a pesar de hacer dieta y de hacer ejercicio, tiene zonas que no consigue mejorar y que no le gustan.
Pero a la consulta siempre llegan pacientes que quieren usar la liposucción como método de adelgazamiento. Pues ésto no es para ello. Ya que para eso hay que hacer dieta. Tampoco sirve para mejorar la llamada piel de naranja o celulitis. Para la celulitis hay otro tipo de tratamientos mucho más efectivos.
Y ya, por último. No sirve la liposucción para los pacientes que además de tener grasa, les cuelga la piel. La liposucción lo único que haría sería agravar la cantidad de piel que colgaría.
