En los últimos años están acudiendo a consulta pacientes a los que se les realizó un aumento de mamas, hace 20-30 años o incluso más que vienen porque las mamas cada vez están mas endurecidas.

Ese endurecimiento de las mamas, se debe, a muchos factores, algunos muy complejos, pero para simplificar vamos a decir, que cuanto más años lleven los implantes puestos, el cuerpo reacciona a ellos, en algunos, no en todos los casos, haciendo que la cicatriz que los rodea se llene de un tejido endurecido.

Este tejido, puede deformar el implante. Y hace, en los casos más graves que la paciente tenga dolor ocasional y a veces constante. El resultado es una molestia diaria e incómoda. Dolorosa, que puede dificultar el descanso nocturno.

En estos casos, se pueden hacer varias cosas. La primera es cambiar los implantes. Y la segunda es quitarlos y no poner nada más. Estas pacientes, suelen ser mayores y no dicen que no quieren el pecho para nada. Dicen que están cansadas de tener esas “dos bolas horribles” y que a su edad, “no tienen que ir luciendo nada”. Es de respetar.

Pues bien, el tratamiento en estos casos, consiste en limpiar completamente lo que hay dentro y reconstruir lo que queda. Al quitar los implantes sobrará mucha piel que hay que retirar todo ese exceso, y con los remanentes de la glándula crear una nueva mama completamente. Y sí, efectivamente. Se van a quedar más pequeñas. (hay que explicarlo previamente). Pero eso es precisamente lo que quería esta paciente.