Ya ha pasado el verano. Y aunque la operación bikini nos queda lejos, es ahora cuando la gente vuelve de las vacaciones y se dá cuenta de que se ha cogido unos cuantos kilos. Y acuden a la consulta de los cirujanos plásticos para quitarse esos kilitos de más, que normalmente se nos pone en las cartucheras, en el abdomen o en la papada.
Bueno, pues no todo el mundo es un buen candidato a la liposucción. Una posible definición de liposucción podría ser: tratamiento de la grasa localizada resistente a dieta y ejercicio. Es decir, aquellos pacientes que tras intentar adelgazar cuidándose con la comida y haciendo algo de ejercicio no lo consiguen, pues ahí podemos entrar nosotros.
La realidad no suele ser tan negra o tan blanca. Hay pacientes que tienen grasa en la tripa, en las cartucheras , en la cara interna de los muslos y que no tienen fuerza de voluntad o ganas y con éste tratamiento le quitamos esa grasa que les molesta.
Pero además se producen varios factores que hay que tener en cuenta. La primera es el estado de salud. Evidentemente no es lo mismo operar a una jovencita de 18 años con unas cartucheras feas que a una señora de 70 años. El estado de salud es fundamental.
Algunos aspectos a tener en cuenta
Aunque muchos compañeros frivolizan con la cirugía plástica, los medios de comunicación prácticamente nos ponen de peluqueros, la realidad es que la cirugía de liposucción hecha mal o sin cabeza o por personas no expertas puede ser un desastre.
Es un cirugía con casi ninguna cicatriz, pero la extensión del tratamiento es en general muy grande y hay que estar muy pendiente de los valores de hemoglobina y de los líquidos a reponer y de la antibioterapia.
Por eso una liposucción de varias zonas o de más de un litro , en mi opinión se debería dejar ingresada en la mayoría de los casos.
Por otro lado está el tema de la calidad de la piel. Si tenemos una piel muy estriada en el abdomen por ejemplo, con mucha flacidez , que incluso cuelga, si en esa situación hacemos una liposucción, lo que estamos haciendo además, es empeorar esa piel, porque al vaciarla de grasa, estamos provocando que cuelgue más y más. Y esa piel no retrae ni a tiros.
Un punto muy importante son las expectativas realistas en cirugía plástica. Si una paciente acude a nuestra consulta preguntando por liposucción, tiene que saber que es una cirugía para quitar grasa, no para adelgazar. Esto es crucial.
Esto no sirve para adelgazar. Para adelgazar, lo de siempre. “Menos plato y más zapato”. Esto sirve para mejorar zonas en concreto.
Tras la cirugía seguirá siendo la misma persona pero con mejor aspecto. Aquellas pacientes que acuden a consulta queriéndose quitar la tripa, los muslos, la espalda, los brazos, la papada, si tienen sobrepeso, esto no es para ellos. Que bajen kilos y luego sí, luego vemos dónde “esculpir” el cuerpo para que quede mucho más bonito.
