12/01/2016

Encapsulamiento, contractura capsular ¿ Qué es todo esto?

Cuando una paciente es sometida a una cirugía de mamas que implica el uso de un implante, alrededor del mismo se forma una cápsula que lo rodea.

El cuerpo es extraordinariamente sabio. Cuando le sometemos a una cirugía de aumento por ejemplo, se dá cuenta de que hay algo dentro de sí mismo que antes no estaba. Y reacciona. Y reacciona cicatrizando alrededor del mismo creando una cicatriz que es lo que denominamos cápsula. Es un tejido fibroso, como si fuera una bolsa que rodea el implante. Esa “bolsa” aísla el implante del resto del cuerpo. Lo mantiene fuera del resto de los tejidos. Es como si fuera una barrera que crea el propio cuerpo para que, ese implante, no esté en contacto con el músculo o con la glándula mamaria por ejemplo.

Parece extraño, pero es bueno que suceda. La cápsula es fundamental que se forme. Es correcto y esperable que eso suceda. Evidentemente no aparece la cápsula de un día para otro, tardan meses generalmente en que se forme al completo.

Por tanto, primer concepto, todas las prótesis en algún grado se encapsulan. Alrededor de todas las prótesis hay una cápsula. Pero otra cosa muy distinta es que esa cápsula se contraiga y se forme lo que se denomina contractura capsular.

La contractura capsular es un fenómeno patológico. Es decir, no es lo deseable. Hay varios grados, como todo en la vida. La mayoría son leves, no presentan una clínica importante, no modifican la forma de la mama, incluso en muchos de ellos la paciente no se dá cuenta de que eso ha sucedido. En otros sin embargo, las mamas pueden llegar a deformarse y ser incluso, dolorosa.

Las mamas contracturadas se presentan como un endurecimiento de la mama. La paciente se dá cuenta al palparse el pecho, que ese pecho está algo más duro que el otro. En muchos casos ese endurecimiento se estabiliza, no va a más, pero en otros, poco a poco terminan deformando el implante y por tanto el pecho y en los casos más graves, esa contractura les provoca dolor al tacto o incluso en reposo.

Una mama deformada por una contractura capsular ya es razón suficiente para intervenir quirúrgicamente y si es dolorosa mucho más. La intervención consistiría, hay que ver caso por caso y aquí hablo en general, de quitar ese implante y quitar la cápsula que le rodea.

Lo mejor de todo ésto es que el número de pacientes en general que sufren una contractura capsular no llega a cinco de cada cien paciente operadas. Es decir, no sucede en el 95% de los casos.

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