04/10/2016

Cirugía plástica y Frivolidad

La frivolidad está a la orden del día en nuestra sociedad. Se frivoliza con casi todo. Las cosas verdaderamente importantes se usan y se tiran. Los valores, que tanto son necesarios en nuestra sociedad, (siempre ha sido así) se están abandonando. Por ciertas partes de la sociedad cosas como la fidelidad, la entrega, el sacrificio han desaparecido de nuestras mentes.

Bueno, pues en cirugía plástica esto se ha llevado casi al extremo. Ahora todos los tratamientos tienen que ser sin dolor, sin cirugía, sin anestesia, sin ingreso, con sólo sedación, asequibles a todos los bolsillos, sin riesgos. Y los materiales que utilizamos deben ser para siempre, durar un montón de tiempo, y todos son los mejores. Y sin olvidar el tema del precio. Todo debe ser superbarato y superasequible y superfinanciable sin intereses.

Además, hemos sido nosotros los cirujanos plásticos los primeros en frivolizar nuestra profesión. Se ha dado un hecho en nuestro gremio, que siempre hay uno que quiere rizar aún más el rizo. Hacer algo distinto para destacar sobre los demás, aún a costa de reducir la seguridad del paciente y sobre todo haciendo ver a la sociedad que la cirugía plástica está exenta de complicaciones y que todo va genial y que además, prácticamente hacemos milagros. Y la sociedad piensa eso porque hemos sido nosotros los interesados en que piense eso. Nos ha venido bien para el negocio. Y es verdad que va muy bien porque hemos estudiado mucho y hemos sido los mejores de nuestras promociones. Pero nos hemos pasado de frenada.

La cirugía plástica es, en mi opinión, la expresión del máximo desarrollo del hombre. Cuando el hombre ha sido capaz de no pasar hambre, no pasar frío, de cultivar el espíritu con el arte, cuando no está en peligro su vida por la violencia ajena, cuando puede sentirse desarrollado en la sociedad, sólo cuando todo eso se produce, es cuando el hombre ha necesitado de la belleza física.

El hombre actual llegó a la Tierra hace 60.000 años y sólo en los últimos 50 años todo ésto ha sido posible. Desde el fin de la segunda guerra mundial, el mundo ha experimentado un avance sin igual, y muy en particular en Europa.

Y es cirugía. Y hay muchos riesgos. Y un aumento de pecho no es algo frívolo. Es muy serio. Y se tiene que hacer bajo las mayores medidas de seguridad. Y el paciente va a sentir dolor. Y puede que sufra. Y va a ver su cuerpo cambiado. Y tiene que lidiar con ese hecho. Y pueden pasar cosas desagradables a lo largo del proceso.

No podemos tomarnos nuestra profesión como si estuvieramos vendiendo grifos. Cuantos más mejor. Tenemos que explicar muy bien a los pacientes qué puede pasar, no en los próximos meses, sino también lo que les puede pasar en los próximos años. Tenemos que hacer ver a la sociedad que esto no es ir a la peluquería. Que aquí nos jugamos mucho. Los pacientes su cuerpo y nosotros nuestra dignidad.